Víctor Lissidini cobró notoriedad en el año 2003 cuando incluso estuvo escondido en los montes de la Agraciada y la Concordia investigando contrabando. Ayer dijo que durante su gestión entre 600 y 700 millones de dólares pasaron de Colombia rumbo a Nueva York por Carrasco, un hecho que denunció a las autoridades y que le fue mal.
"Cuando estuve al frente de Aduanas notifiqué a las autoridades del Banco Central de lo que estaba sucediendo y me aconsejaron que no me metiera."
Según Víctor Lissidini que desafió a la delincuencia internacional y terminó procesado, sostuvo que el Director de Aduanas de Paraguay desde donde venía la mayor parte del dinero, le dijo que no se metiera "porque esa plata viene de Colombia y te imaginás quiénes son los dueños".
Lissidini afirma que los contenedores venían en aviones que provenían de dos bancos de Paraguay, uno de ellos el banco Amambay que en enero cambió de nombre y pasó a llamarse Banco Basa.
El ex jerarca no tuvo dudas en asegurar que la cantidad de plata que se lava totalizó en seis meses entre 600 y 700 millones de dólares y que en el cien por ciento de los casos iba para el Banco HSBC, el primer banco del mundo.
"Cuando estuve en Miami -agregó- le di las pruebas y les dije que "ustedes los norteamericanos eran los mayores lavadores de plata, me respondieron que efectivamente así ocurrió, hasta que nos dimos cuenta que no podía seguir así", de lo cual extrajo la conclusión de que Estados Unidos abría y cerraba la canilla cuando quería.
Los viajes pasaban por Carrasco con rumbo a Nueva York, pero en Uruguay prácticamente no quedaba dinero.
Montevideo era simplemente una pista de escala donde obviamente algo quedaba pero no la gran cantidad de plata que se lava y que si en seis meses alcanzó semejante cifra, es bien fácil saber a qué grado ha ascendido el problema.